Enrique Rubio

París, 1 dic (EFE).- Erigido en uno de los más ardorosos defensores de la causa comunitaria, el ex primer ministro italiano Enrico Letta alerta de que Europa no puede ser "la fría herramienta de la globalización" si aspira a ser aceptada por sus ciudadanos.

"Europa no puede convertirse en la fría herramienta de una globalización en la que sólo se sienten cómodos quienes hablan lenguas, viajan...", dice el italiano en una entrevista con Efe, antes de atacar la forma en que los europeístas defienden sus ideas.

"Hay que dirigirse al estómago, cambiar el lenguaje, ser más agresivos. Los antieuropeos han avanzado porque han sido capaces de hablar un lenguaje de emoción que nosotros hemos perdido", reflexiona.

Letta, que dirige en París la influyente escuela de Asuntos Internacionales de la universidad SciencesPo, acaba de publicar en España "Hacer Europa y no la guerra" (Península), encendido alegato pro-UE con el que pretende inyectar optimismo y vigor al debate.

Aboga por "retorcer la integración europea en favor de los no cosmopolitas" de forma que ésta dé oportunidades a todos: "Hace falta calor, hace demasiado frío en las instituciones", asegura.

La actual preeminencia de las emociones en la discusión política ha irrumpido hasta en sus clases de SciencesPo.

"Hicimos un debate sobre Cataluña y España en una clase con chinos, coreanos, americanos... y estaban divididos en dos. Las imágenes del 1 de octubre les habían influido mucho, cuando, desde el punto de vista de la legalidad, no cabe ninguna duda de que Madrid tenía la razón", señala.

¿Y, en ese contexto de repliegue, puede la idea de Europa ser atractiva? "Es sexy y es moderna. Lo viejo es regresar al 'sangriento estandarte', como se canta en La Marsellesa", asegura.

Letta -que aplaude cómo el presidente francés, Emmanuel Macron, derrotó a la ultraderechista Marine Le Pen en las elecciones "diciendo la verdad y hablando el lenguaje de la vida"- propone iniciativas como un programa Erasmus a gran escala de cuatro a seis meses para estudiantes de secundaria.

El objetivo sería mostrar que en el mundo actual es mejor tener una identidad múltiple, que incorpore la europea a la nacional y a la regional, y que los europeos "nos encontramos en casa" en cualquier país de la Unión.

Para ese necesario impulso, el ex jefe del Gobierno italiano (2014) confía en que finalmente haya una gran coalición entre conservadores y socialdemócratas en Alemania, que sería "el mejor socio" para el europeísta Macron.

Asume que la Europa de dos velocidades tendrá que hacerse realidad, "porque con Polonia y Hungría es imposible imaginar grandes avances", pero para ello España e Italia deberían sumarse al eje franco-alemán sin que se establezca una competición entre ellos.

Convencido de que fuera de la UE será difícil subsistir en la escena global, Letta cree que el Reino Unido retrocederá sobre sus pasos y renunciará finalmente al "brexit", ya que los británicos son "gente muy pragmática".

"Hicieron su elección, pero es la mayor tontería que podían haber hecho. Los votantes del 'sí' miraron al pasado para recuperar la fuerza perdida, pero después de un año y medio ven que las grandes potencias del mundo ya no consideran Londres como hace 50 años", dice.

Letta es tremendamente crítico en su libro con los referendos y tampoco ahorra reproches en la entrevista hacia la consulta ilegal en Cataluña, aunque apuesta por que los líderes europeos fomenten el diálogo tras las elecciones autonómicas del 21 de diciembre.

"Después de los comicios, no podemos volver a encontrarnos en la situación del 1-O. La sociedad catalana vive los estragos de esta situación, con empresas que se marchan y con una inversión extranjera paralizada hasta que se aclare la situación", subraya.

Para el italiano (Pisa, 1966), las declaraciones del expresidente regional catalán Carles Puigdemont acerca de una eventual consulta a los catalanes sobre la permanencia en la UE "son una total irresponsabilidad, que demuestra que ha perdido la brújula".

Y, precisamente, insta a las instituciones comunitarias a intervenir en el debate político de cada país cuando se propagan las noticias falsas que afectan a la Unión, para que ésta "no se convierta en el chivo expiatorio" de la lucha partidista nacional. EFE